El caballero de la noche asciende (2012), a duras penas

Por Mario NC

NOTA: La reseña está libre de spoilers, pero sí hago algunos comentarios sobre la estructura y temas de la trama, así como la progresión dramática de los personajes. Si creen que eso les puede arruinar la experiencia de la película entonces no la lean. Están advertidos.

Después de una larga espera, la tercera y última parte de la trilogía de Batman dirigida por Christopher Nolan llega a las salas (bueno, un poco tarde en México pero ya ven) después de una excesiva campaña publicitaria y un evento bastante inesperado y terrible. Y las preguntas de los cinéfilos son obvias, ¿podrá Christopher Nolan superar las expectativas después de El caballero de la noche?

La verdad, Nolan me agrada como director. No creo que sea el genio visionario que muchos dicen, pero el tipo ha tomado decisiones inteligentes en su carrera y demostró que tiene un estilo particular. Tiene muchos vicios en su manera de filmar pero, al igual que James Cameron, ha sabido reconfigurar ideas excéntricas y presentarlas de una forma accesible a un público no-cinéfilo. Sus bati-películas son un buen ejemplo de ello. Alejándose del camp de Adam West (o Joel Schumacher) y el estilo gótico de Burton, Nolan nos entregó una serie de películas donde la idea de Batman (uno más “realista”)  es una excusa para hablar de temas contemporáneos. Si Batman Begins habla sobre la corrupción y el miedo, entonces The Dark Knight hace un interesante comentario sobre la paranoia del 9/11, la idea del vigilante que hace justicia por encima de la ley, la lucha entre anarquía y justicia, etc.

En lo personal (y sonará muy injusto), el mayor defecto que le podría achacar al guión de los hermanos Nolan y David. S. Goyer es su desmesurada ambición. Irónicamente, aunque The Dark Knight Rises está contada con una hiper-seriedad y llena de subtextos políticos reaccionarios, es la más caricaturesca, hollywoodense e inconsistente de la serie. El clímax está repleto de persecuciones, batallas áreas, explosiones, emoción desgarradora, extras e incluso el legendario cliché del beso apasionado entre protagonistas antes de la escena final (que Hollywood parece haber patentado en el último siglo). La trilogía de Nolan siempre se ha caracterizado por tramas confusas y huecos argumentales, defectos que TDKRises hereda al mismo tiempo que agrega otros nuevos. En particular, un vicio común de los guionistas contempóraneos, en la era Post-Lost, es creer que la calidad de un guión es directamente proporcional al número de giros argumentales que puedes incluir en una historia.  Nolan abusa de este recurso en una película de por sí compleja, de casi tres horas de duración, y llena de sub-tramas que confluyen en un último acto bastante caótico. En otras palabras, la trama se reescribe y altera a si misma durante todo el metraje, lo que oscurece (o de plano contradice) ideas expuestas en un inicio.

Por otra parte, la publicidad y las entrevistas con Nolan parecían indicar que esta sería una película llena de referencias al fenómeno de OccupyWallStreet y el conflicto entre la clase baja (el 99%) y las élites (el 1%) que controlan el mercado global. Ideas provocativas, claro, pero bastante cuestionables si son insertadas de forma tan absurda en una película de Batman. La historia de Bruce Wayne y su alter ego en los comics refleja una contradicción fascinante del Imperio Americano: la individualidad como el motor que puede transformar el mundo (me visto como imbécil y salgo a la calle a hacer justicia por mi propia mano) al lado de un idealizado código moral que es incompatible con la realidad (Batman no asesina, pero el sistema legal y policíaco es ineficiente y corrupto). El efecto final es un filme superficial que cae, por momentos, en un discurso facistoide e imperialista (a diferencia de TDK, los policías  son amigables y carismáticos santos) donde los pobres son anarquistas suicidas fácilmente manipulables por personalidades mesiánicas*. Es una cinta que se toma demasiado en serio, pero que nunca profundiza en un tema en particular relegando las implicaciones políticas a una serie de ideas que sólo sirven para justificar algunas escenas y situaciones en el guión (eso sí, hay un guiño bastante ingenioso a Wall Street).

Es obvio señalarlo, pero el villano Bane se queda corto junto al Guasón de Heath Ledger. Nolan y el fallecido actor tuvieron la maravillosa idea de presentar al malo de la risa permanente como un monstruo ambiguo sin pasado, una fuerza anárquica pura. En TDKRises, Nolan toma el camino opuesto y a cada momento intenta darle un trasfondo humano a Bane, lo cual nunca funciona por las contradicciones de la trama. El personaje es un terrorista con una agenda ideológica, pero al mismo tiempo es un anarquista que busca el caos, es un personaje con un pasado trágico, pero es un monstruo sin sentimientos, es un líder mesiánico, pero nunca nos muestran como convence a ciudadanos comunes para seguirlo hasta la muerte. Tom Hardy** está muy malgastado en el papel, obligado a usar una máscara que hace muy difícil comunicar emociones, además de haber tomado la risible decisión de hacer que Bane hablé como un Darth Vader británico***. Hardy hace lo que puede con el débil material que tuvo a su disposición, pero en general nos encontramos con un villano decepcionante.

Pero no todo son malas noticias. Como en sus películas anteriores, Nolan utiliza su arsenal de actores recurrentes y el producto final es magnífico, al grado en que los personajes secundarios sobrepasan el trabajo de Hardy y Christian Bale (el cual está bien y a estas alturas ya todos nos acostumbramos a su Batman con cáncer de esófago). Le puedo criticar muchas cosas a Nolan, pero el cabrón sabe dirigir a sus actores. El Alfred de Michael Caine tiene una participación breve y contundente, siendo el centro de las escenas más emotivas de la cinta. Morgan Freeman y Gary Oldman están entregados y cómodos en sus personajes, Marion Cottilard está muy bella y hace un buen trabajo como el nuevo interés amoroso de Bruce Wayne. Joseph Gordon Levitt, como siempre, está excelente como el policía/detective Blake, sin duda el personaje más redondo, matizado y mejor escrito de TDKRises (su arco argumental es perfecto y mucho más importante de lo que aparenta en un inicio). Pero la mayor sorpresa del filme es quizás la Gatúbela de Anne Hathaway: sensual, compleja y muy graciosa, lo que funciona como un excelente contrapeso con el tono pesimista de la historia y la atmósfera ultra-seria y carente de humor característica del cine del creador de Inception.

Pero la pregunta sigue ahí, ¿es buena o mala? Pues, depende del cristal con que la mires. ¿Como una obra que utiliza el lenguaje cinematográfico para contar una historia? Es decente, por momentos rozando el calificativo de mala, por no decir intrascendente y ridícula. Si crees que esto es Gran cine o una obra de arte con ideas provocativas sobre la cuestión humana, entonces necesitas que te revisen el cerebro. ¿Pero como producto chatarra y summer blockbuster? Es excelente. Hay algo casi místico en sentarte y apagar tu cerebro en una película como ésta. Nolan es de los pocos directores que todavía entienden que se necesitan sets reales con explosiones reales para hacer una película de acción. Es un espectáculo excesivo y emocionante. La pelea entre Batman y Bane (al fin Nolan logró filmar una lucha a golpes de forma decente) y los últimos treinta minutos te dejan en la butaca del siento. Es un cierre digno de una trilogía irregular y vale la pena verla en IMAX.  No puedo confesar que la disfruté porque eso me haría perder mi hipster card, pero al final del día no le puedes pedir mucho al cine de superhéroes (o a Hollywood). Es lo que es y cualquiera que va a una taquilla y pide boletos para algo titulado El caballero de la noche asciende lo sabe. Esto no es física cuántica, chavos.

*La línea política de Nolan es de lo más grotesca. En su mente la revolución de Ciudad Gótica funciona de la siguiente forma: darle el poder al pueblo = socialismo = anarquía = EL COLAPSO DE LA CIVILIZACIÓN OCCIDENTAL = BOOGA BOOGA BOOGA

**Como dijo Devin Farasci en Badass Digest, “culpo a Nolan por esconder los mejores labios masculinos de la industria bajo una máscara”.

***Por si no lo sabían, cuando se lanzó el tráiler en Internet mucha gente se quejó sobre la voz de Bane, afirmando que era incomprensible. Esto llevó a Nolan a sentarse en un estudio con Tom Hardy para regrabar TODOS los diálogos de Bane. No tengo idea que sucedió en la posproducción, pero la mezcla de sonido es horrible y distrae en cada escena donde Bane habla (parece que está hablando a través de un micrófono con ruido desde una habitación diferente).

Deja un comentario