Diarios de motocicleta (2004)

Veo que esto sigue vacío así que…
por C.M.

Mucho antes de que Ernesto Guevara fuera conocido como “El Che” y se convirtiera en comandante de la Revolución cubana –posteriormente en un ícono del movimiento socialista–, el joven argentino emprendió un viaje a lo largo de América Latina acompañado de su amigo Alberto Granado sobre una motocicleta apodada “Poderosa II”. De ahí que sus notas del viaje se conozcan como Diarios de motocicleta, palabras que Walter Salles tomó de título para su sexta película producida en 2004 sobre el reconocido personaje, odiado y amado alrededor del mundo.

Protagonizado por Gael García Bernal y Rodrigo de la Serna, el largometraje principia con la imprecisa planeación de la travesía: de Buenos Aires a la Patagonia, después hacia Chile y finalmente a la punta del continente sudamericano: la península de Guajira en Venezuela. Imágenes de múltiples paisajes y retratos de la idiosincrasia propia de los países recorridos se presentan al espectador tan pronto los principales parten de la capital argentina.

A través de una aventura por los pueblos sudamericanos, el filme traza un panorama sobre la vida de los campesinos y obreros en aras de la pobreza. El futuro guerrillero comienza así la formación de una identidad decisiva mientras toma conciencia de su posición como estudiante de medicina inmerso en una clase media indiferente a las desigualdades sociales circundantes. Un evidente cambio se gestaba en su interior conforme los nueve meses en ruta transcurrían (y no, no era un bebé, sino aquello que daría el triunfo a la Revolución cubana, al menos mientras él vivió).

Lo dice de esta forma en uno de sus libros: “El personaje que escribió estas notas murió al pisar de nuevo tierra argentina. El que las ordena y pule, «yo», no soy yo; por lo menos no soy el mismo yo interior. Este vagar sin rumbo por nuestra «Mayúscula América»  me ha cambiado más de lo que creí.”

El Che

Mediante la música del premiado Gustavo Santaolalla (Babel, Brokeback mountain, 21 Gramos, Amores perros, Biutiful, My blueberry nights, etc.) y fragmentos leídos en voz alta de los textos del Che, el filme recrea los inicios y transformaciones de una figura fundamental para la historia revolucionaria de Latinoamérica y por lo tanto del mundo.

Agrego una de las canciones del soundtrack, titulada “La partida”. En verdad es un muy buen soundtrack, como suelen serlo los de Santaolalla. Debe destacarse también la actuación de Gael, su acento argentino es convincente. Y para el que aún dude de verla, vale la pena incluso sólo por los paisajes.

Escuchad: 

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